Adiós Carolina
Elecciones sin la extrema derecha política y religiosa platense. Bombardeo mediático y declaraciones golpistas las 24 hs. Mucho ruido y pocas nueces cuando de elecciones y votos reales se trata
Adiós Carolina

La dejaron afuera, le soltaron la mano, la abandonaron. Su socio Garro, su amigo, del que sabe tantas cosas, la dejó. «Hasta acá llegamos» le informó un enviado. Lloró, preguntó. Aunque se la veía venir no creyó que llegaría el día. Sí, calculaba que en poder y popularidad no la superaba nadie más que el intendente. Era la 2 del municipio sin dudas. Aún con el «accidente» de año nuevo se podía remontar, pensaba. Sostenía convencida que el «gobierno es un desastre» y «la gente está a punto de explotar con la pandemia». Se acordó del plan del abogado. El pibe iba a arreglar sin problemas, «Es un muerto de hambre». Matías (su hermano) es inteligente y aseguraba que no podía fallar. Se lamentaba «Estuvo tan cerca». Y repartía para todos lados «Este Peña es un boludo», «No era que tenía experiencia en doblegar víctimas de tránsito?», «Y ese negrito, qué pretendía? Sacarme mi casa?». Explotaba de rabia e impotencia, «Se fue todo a la mierda», «Ayudame Dios».
Pero sentía que hacía lo correcto, debía estar con Juan y la familia. Sostenerlo era su misión. No importa qué pasara. Ir sola al banco para no quitarle tiempo a Juan. Resistirse a los ladrones para no perder el dinero y Juan no se lo recriminara. El terror de fondo a que Juan la dejase.
Es que siempre que pasó algo hubo suerte o una mano mágica que se presentó para aprovechar y dar el salto adelante. Pero ahora nada… está ella, la familia y un vacío enorme alrededor. Como en una isla perdida en el medio del océano. Una isla alejada del mundo que no comprende.


Y para que entienda la mayoría de personas (las que en verdad nos interesan) que no son cómo ella, explicamos qué pasa. Y para eso hay que analizar a la derecha y extrema derecha platenses. Algo de lo que nunca se habla. La mayoría de los políticos son de derecha pero de ellos no se dice nada. Menos cuando fracasan y menos por qué fracasan. Es algo que debe estudiarse para saber dónde estamos parados y hacia dónde vamos.
Fracaso de la extrema derecha

Hay que ver la película más que la foto. La extrema derecha fue sacada del mapa desde 2001, pero con el gobierno de Macri volvió. Muchas veces es magnificado su tamaño y fuerza pero en realidad son minorías. Era de temer la Triple A o la CNU pero no estos grupitos kiosqueros como Alerta Vecinal o Vanguardia Nacionalista, o los antivacunas. Son Pymes políticas y mediáticas.

La derrota de Macri en 2019 condenó a esa extrema derecha al ostracismo de las redes pero en la disputa política real que se libra en la sociedad sólo está la derecha normal: Larreta, UCR. Y por eso, esa extrema derecha de Pato Bullrich, Carrió y en La Plata, Carolina Píparo, es desplazada a la marginalidad política. En lo mediático ocurre lo mismo con Realpolitik, Nova y el sistema de portales de Garro. No puede ser otro el destino cuando los servicios de inteligencia hacen política y periodismo. Puede que los policías y sus familias lean y gusten de esos portales pero no los toman en serio y se inmovilizan, no militan (como militaron en 2015) y terminan creyendo en otras ofertas de derecha un poco más serias.
El macrismo Larreta-Santilli no la tiene fácil en BsAs. Básicamente por su historial de incoherencia con la provincia. Por eso la derecha UCR le va a ganar la candidatura a gobernador. No sólo es que Vidal borró su orgullo bonaerense de su perfil de Twitter. Lo cual es nada (y ella a su modo lo explicó). Sino que ni bien asumió Heidi en 2015, iniciaron la destrucción política-fisica de la provincia, con un delirante proyecto de partición en 3 del territorio bonaerense. En efecto, iban por crear 3 provincias. O sea, lo menos bonaerense. Para asegurarse de esa forma no perder electoralmente toda la provincia sino parte de ella. Es como que alguien se postule a presidente y al ganar imponga modificar el mapa y cambiarle de nombre al país.
La derecha no entiende de lealtades
Y tampoco «Toma prisioneros». El que no toma prisioneros es porque los mata, se entiende?? Eso le sucedió a Carolina Píparo. Y menos aún siendo una «parda», porque para ellos sólo cuentan los aristocráticos. De empleado para el trabajo sucio te aceptan, más que eso no. El niño bien se casa con una de su clase, nunca con la amante plebeya. Nadie podrá decir que ella no luchó por un proyecto de derecha, bien para los ricos, bien contra los desposeídos. Pero aún así le soltaron la mano. El mismo futuro van a tener el Presto, y otros personajes y medios de esa índole.
Esto es así porque la sociedad hizo una experiencia reciente con un gobierno oligárquico de derecha, de capitalismo desbocado, que trajo a la extrema derecha y esa experiencia va a durar algunas generaciones. Por eso las elecciones las ganarán quiénes respeten la agenda que demanda la gran mayoría del pueblo. El resto fracasará irremediablemente como le sucedió a la derecha desde 2019 para acá.

En CABA los extremistas Wolf, Bullrich, Iglesias, bajan el copete a las órdenes del discurso derecha moderado de Larreta (que es igual que ellos pero más inteligente por no desbocarse en su discurso). Tienen margen para darle y acoplarla a esa extrema derecha. En provincia no, en La Plata tampoco. Por eso es el fin de Píparo, del espacio de ese espacio. Están todo el día bajando línea antiderechos: contra el aborto, por la baja de imputabilidad, contra el sindicalismo, contra los pobres, contra los que luchan, contra el peronismo, los k, la izquierda, progresismo, contra los DDHH, contra todo, pero a la hora de votar no existen. Se los ve en los medios y redes pero ese discurso en la realidad electoral no tiene cabida. Por eso la prensa de extrema derecha es la otra perdedora: elPresto, Realpolitik, Nova (que gusta de atacar con la cuestión de género pero cuando De Narváez lo cachetea un poco llora cual afeminado). Seguirán con sus kioscos, como Biondini y demás fachos porque no tienen un laburo normal en un lugar normal donde deberían dar cuenta de las mentiras y operaciones de que viven. Tienen sus empresas y ahí quedan tranquilos. Y por eso hay peleas entre los radicales y PRO pero dentro mismo del macrismo también.

Garro apostó a ese perfil de construcción para ir de gobernador pero con marketing facho no se logra. Se hubiera quedado con su gestión que para ser un intendente neoliberal no es tan mala. Hace bacheo, plazas, está sacando los basurales de contenedores, etc. Pero su apuesta política fue por la suciedad y las operaciones para acceder a algo más que un municipio. Sumado al boicot a la política sanitaria nacional y provincial. Así le va a ir. Su espacio se desmorona. Antes Píparo lo hacía ganar, ahora trata de no caer con Perechodnik.
Ahí sí se aproxima la posibilidad de ganarle en 2023 la ciudad de La Plata al macrismo. Incluso si en estas elecciones de medio término no lograra. Esa derecha se debilitó por la inviabilidad de su proyecto y la primera pieza en caer de esa estructura es su ala extrema y ultra. Va a a continuar ese proceso con la caída de la sucesora de Garro (en 2020 fue primicia nuestra que Julieta Quintero Chasman será la candidata) y el FdT debe aprovechar esa oportunidad.
La barbaridad cometida por Píparo y su marido, por ahora apuntada hacia Buzali (intento de asesinato por atropellamiento), y la estrategia defensiva-política de Garro y Peña es producto de esa decadencia moral y política de la derecha en la capital bonaerense que ya los llevó a la derrota general y es cuestión de tiempo en lo local.

Esa es la novedad política. Y no es poco. Esa extrema derecha no hace mucho ganaba elecciones asesinando a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, o el policía gatillo fácil Chocobar y ahora no clasifican en las PASO. Lo cual marca que la derecha de conjunto se debilita, se queda sin su núcleo duro. No hay Bolsonaro, no hay liberchantas, no hay Opus. El idiota de Milei decía «Estamos ganan la batalla cultural», el otro quiso meter un perro. Nada de eso. No hay lugar para el discurso facho gritado a los 4 vientos. Vuelven a camuflarse y al banco de suplentes permanente que siempre han ocupado.