Julio López-Facundo Castro, desaparecidos por la policía bonaerense de Etchecolatz
En 44 años la bonaerense estuvo implicada en las desapariciones de La Noche de los Lápices, Julio López y Facundo Castro. Las huellas del comisario genocida Miguel Etchecolatz que «hizo escuela» en los uniformados
Julio Lopez

Antes de su 2da desaparición el 18/09/2006, ante el tribunal, Julio López relató “Etchecolatz le tiró un balde de agua y picaneó a Patricia Dell Orto (en la comisaría de Arana, afueras de La Plata) que le gritaba ‘No me maten, llévenme a una cárcel, pero no me maten, quiero críar a mi nenita, mi hija´ y ellos no, la sacaron. Y van a ver ustedes si algún día encuentran el cadáver o la cabeza, que tiene el tiro metido de acá y le sale por acá. Y enseguida bum, otro tiro. La remató”.
Quien hizo ese y tantos otros crímenes (el robo de la beba Clara Anahí Mariani-Teruggi) fue el 2do Jefe de la Policía de la Prov de Buenos Aires, Miguel Etchecolatz, a las órdenes del Gral. Ramón Camps. También responsable de la 1ra desaparición de López el 26/10/1976. En aquel entonces la institución de lleno fue parte del terrorismo de estado. Etchecolatz, no fue el único criminal, miles de integrantes de esa fuerza siguieron sus pasos aún en democracia. Es que la joven oficialidad en la dictadura se formó participando activamente y con los años esa camada llegó a la conducción de la fuerza (los comisarios de la Maldita Policía de Duhalde) y transmitió lo que aprendió: torturas, desapariciones y masacres como la de Ramallo. Así como también la sublevación policial de 2013 y la masacre de San Miguel del Monte en 2019, entre muchas más. Todas obras de los alumnos de Etchecolatz.
La 2da desaparición de López se dio el día de la condena del ex comisario a cadena perpetua por crímenes de Lesa Humanidad. Su testimonio fue clave. Nunca se supo más de él.


Facundo Castro Astudillo

Están siendo analizados por peritos los restos del joven de 22 años, víctima de una desaparición forzosa a manos de policías. El grupo delictivo paraestatal está identificado pero aún resta determinar los diferentes roles de autores del crimen, cómplices y encubridores. Hay un fuerte pacto de silencio (como hacían los militares en el Juicio a la Juntas) y una protección corporativa de toda la fuerza que intenta desviar las investigaciones y busca la impunidad para los autores e implicados. El gobierno mantiene un rol neutral que dista mucho del jugado por Néstor Kirchner cuando movió cielo y tierra para encontrar a los asesinos de Mariano Ferreyra (fue juzgado y preso Omar Pedraza, sindicalista ferroviario). Decían que el sufrimiento por ese crimen lo llevó a fallecer una semana después. Fue lo último que hizo en su vida.

El hilo conductor de Etchecolatz


La escuela de Etchecolatz se hizo carne en la fuerza. Las enseñanzas se transmiten institucionalmente; es decir el conjunto de integrantes de la fuerza recibe la instrucción que baja de las autoridades. Pero en el caso de la bonaerense esa «cultura de formación» tiene nombre, apellido y una historia de torturas y crímenes salvajes: Miguel Etchecolatz. Las ideas del genocida permanecen en la fuerza hace más de 4 décadas. Por eso jóvenes policías son capaces de tamaños crímenes. Cómo se aprende a asfixiar, golpear hasta matar, picanear o esconder cuerpos si no te lo enseñan a hacer? En cursos de la policía se aprende? O en las comisarías?

Y las sediciones golpistas cómo la reciente y la del 2013 quién las enseñó? Y rodear residencias de presidentes y gobernadores con armas y fogatas?


Hace 14 años algún sector de la bonaerense desapareció a Julio López. Hace 5 meses pasó lo mismo con Facundo Castro. Se trata de lo mismo que hacía, a gran escala, la policía desde mediados de los 70.
Y por qué Etchecolatz hizo lo que hizo, para quién trabajaba?, quién tenía más poder que él? Videla? Y quiénes estaban por encima de todos esos asesinos? Quiénes tenían tanto dinero y poder para estar por encima de todos ellos?
Los grandes empresarios del país
Autor: El Rústico