La trama del vacunatorio VIP
Liliana López Foresi detalla cómo fue el escándalo de la vacunación que terminó con la renuncia de Ginés. El miserable rol de Roa y Aranda de Clarín pidiendo la escupidera y extorsionando a la vez. Verbitsky que no se iba a comer la operación solo. La decisión que tomó el presidente.
Nuevas Voces lo contó el mismo día. No compartimos en su totalidad la visión de Foresi pero es una periodista seria y honesta militante. Conocidos los hechos cada quién salió a plantear su discurso. La élite vacunada nac and pop, queriendo tapar el sol con las manos, promovió entre la militancia un flyer con frase de Jauretche que minimiza todo, reduciéndolo a un delito menor. Y la derecha golpista lanzó una teoría, a través de portales°°° de los servicios, para incluírla a CFK como autora intelectual del destierro del ministro.
Transcripto del facebook López Foresi
La reacción de Alberto
Vía El Destape
Una figura de Clarín gestionó una vacuna. El presidente echó a un prócer del peronismo y la medicina en dos horas. El dilema de Putin para cumplir con el contrato por la Sputnik V.
El viernes a las 13.30 el presidente Alberto Fernández salió del Centro Cultural Kirchner satisfecho: había lanzado el Consejo Económico y Social, un proyecto político y económico de largo plazo, que, además aporta electoralmente. Mientras caminaba hacia la salida un colaborador le contó la bomba que había lanzado Horacio Verbitsky. De inmediato lo llamó a Ginés González García.
– ¿Qué es esta locura? ¿Es cierto lo que dice Verbitsky?
– No es nada. Vacunamos a algunos amigos que lo necesitaban, gente mayor. Lo arregló mi secretaria.
-Quiero un informe por escrito de todo lo que pasó.
Dos horas después el presidente había eyectado de su gobierno a Ginés González García, un prócer del peronismo, que armó el plan Remediar, impulsó la Ley de Genéricos, diseñó el plan de lucha contra el COVID-19, consiguió millones de vacunas para los argentinos, pero que terminó jugando a ser una especie de Dios que decidía en secreto quién era inmunizado y salvaba su vida, mientras las vacunas se demoran y el resto de los argentinos está en peligro.
Ahora que salió a la luz muchos cuentan que Ginés le ofrecía vacunas a sus amigos con total naturalidad. La mayoría declinó el convite. Sin duda, este hombre respetado por todos, nunca comprendió la gravedad de esa conducta.
Enterado de la actitud del ministro, fue Ricardo Roa, el número dos de Clarín, quien se comunicó con Ginés para pedirle una dosis para Jorge Aranda, uno de los accionistas mayoritarios de Clarín. “Pero que no sea la rusa”, aclaró (NR: diferimos aquí, Aranda quería la vacuna rusa), quizá para remarcar su coherencia editorial. Ginés le dijo que si a Clarín.
Alberto Fernández Vacunas VIP
El otro que llamó para pedir una vacuna fue Horacio Verbitsky, quien también recibió una respuesta positiva.
Todas estas gestiones eran secretas e iban quedando en manos del sobrino y jefe de Gabinete del ministro, Lisandro Bonelli, el mismo que operaba contra Carla Vizzotti en Clarín habitualmente.
El jueves a media noche le llegó al ministro la versión de que un periodista de Clarín estaba investigando su sistema de vacunación de amigos y que iba a ser la tapa del diario del viernes. Llamó a Roa y se quedó tranquilo. Nadie iba a publicar nada sabiendo que quedaban todos pegados.
El problema fue que la misma versión le llegó a Horacio Verbitsky, quien decidió encargarse personalmente del tema. El periodista, que se había vacunado a escondidas, armó un guión con una versión edulcorada de su vacunación y la tiró en la radio como si fuera lo más normal del mundo. ”Estaba yendo para el Posadas y me avisaron que los médicos estaban en el Ministerio. Por eso fui para ahí”.
Luego de cortar con la radio le dejó un mensaje a Ginés: “Mirá como le mojé la pólvora a Clarín”. A las pocas horas la pólvora estalló.
Clarín no pagó ningún costo porque el pedido de la vacuna no quedó registrado en ningún lado y pudo limpiarse con una simple desmentida. Verbitsky sí.
El que entendió que las acciones del ministro eran gravísimas, que había repartido entre amigos un bien escaso que salva vidas mientras millones de argentinos que salen a trabajar todos los días con miedo a contagiarse y morirse, que era un acto inmoral, que ponía en peligro al gobierno en particular y a la confianza en la democracia en general, fue Alberto Fernández, que lo echó de inmediato.
En un país con once millones alimentándose en comedores, 50 mil muertos y una oposición dispuesta a cargarse al gobierno a cualquier precio, una indecisión del presidente en castigar los privilegios podía haber desatado un incendio de proporciones incalculables.
Días antes, Eduardo Valdés le había pedido personalmente al presidente que lo vacunara para poder viajar. Alberto le dijo que estaba loco. Valdés fue y se lo pidió a Ginés, seguramente sin comprender la gravedad de su conducta.
Jorge Taiana, de 71 años, enfermo del corazón y a poco de operarse, aceptó el ofrecimiento de Ginés antes del viaje a México. Otro héroe del peronismo, un hombre íntegro como pocos, que no quería aceptar y fue convencido por su familia. Tenía que viajar a México, una de las ciudades de mayor circulación del virus.
No todos en la clase política comprenden la gravedad del tema. La desazón y el desanimo que genera en la sociedad ver que hay privilegios en un momento de tanta gravedad. Una sociedad empobrecida, maltratada por el macrismo, que confió en el gobierno y que espera una vacuna que le asegure que no se va a contagiar y morir. El hecho de que los vacunados sean mayores no cambia la cuestión. Hay millones en su situación, muchos de ellos enfermos, que esperan su turno.
Ginés es cien veces más que la mayoría de los que lo critican. Esto no lo convierte en una mala persona ni niega su gran obra humanitaria. Pero no comprendió el daño social y político que generaba y pagó su precio.
La actitud crítica de la oposición es desfachatada y miserable. Hicieron campaña para que la gente saliera a la calle a contagiarse, dijeron que la vacuna era veneno, denunciaron al ministro y ahora se horrorizan y quieren mostrarse como los reyes de la moral.
El día que habló Verbitsky la noticia debió ser que colapsó el sistema de inscripción de la Ciudad. Ese colapso no fue casual; se debió a que Larreta se tomó su tiempo para abrir la inscripción porque no quería apoyar al gobierno nacional en su deseo de pronta inmunización de la sociedad. Así vacunan los anti vacunas. En la ciudad aún hay médicos que se juegan la vida, muchos mayores de 70 años, sin vacunarse. En el mismo tiempo Axel Kicillof vacunó al 100% del personal de salud que requirió la vacuna -159.900 personas-, y en total, a 302 mil bonaerenses.
Las vacunas de Putin
Esta semana llegará a la Argentina un millón de dosis de la vacuna china Sinopharm y 600 mil dosis de Sputnik V desde Moscú. Si bien la producción de India avanza, hay un retraso en la aprobación de parte del Centro Gamaleya, que exigió una segunda prueba de calidad.
El contrato de Argentina era de un millón de vacuna semanales, pero Putin está teniendo problemas políticos para cumplir desde Moscu las vacunas que no llegan de India. Si bien en Rusia hay millones de dosis en stock porque un porcentaje alto de rusos no fue a vacunarse, la oposición acusa al gobierno de priorizar a los argentinos. Mañana viaja Cecilia Nicolini para reclamar la entrega del millón semanal comprometido.
°°°Portales de los servicios de inteligencia hay varios, todos dicen lo mismo. En La Plata, Realpolitik es uno de los órganos de operaciones de los servicios de inteligencia del macrismo y del Opus Dei. Sólo ese portal ve puntos para Píparo y a CFK detrás de todo. Pero es cierto también que, en alguna nota referida a este tema, aprovecha errores y horrores que cometen algunos militantes y dirigentes del Campo Popular y los publican. Y la corrupción de Garro y el ala fascista del macrismo queda tapada por esos hechos que suceden de verdad.