Aplastar el motín militar en Bolivia
Es motín, sedición pero no «golpe de estado». Es un levantamiento de un grupo de militares por un tema determinado: su desplazamiento del mando del ejército. Un golpe es otra cosa, tiene un programa, plan, además de proclama característica, como lo fue el que militares y civiles, junto a la oligarquía cruceña le dió a Evo Morales, destituyéndolo, obligándolo a exiliarse y dejando un tendal de asesinatos en masa
Adelanto, nota en desarrollo
No es golpe
No hay que caer en la banalización de la definición Golpe de Estado, no debe aplicarse en todo momento revoleándola en el discurso público. Debe haber un criterio de búsqueda de la verdad y aproximación al momento de estudiar el fenómeno. Por lo visto hasta el momento es un motín por un punto determinado y no mucho más que eso. Cuando fue el golpe contra Evo los militares y el fascismo sabían bien qué hacer y en el momento que tomaron el Palacio Quemado ya había pilas de cadáveres destrozados en las calles de todas las ciudades. Así esos fascistas construyeron la base de su poder para que el oligarca José Luis Camacho y su representante legislativa Jeanine Añez tomaran el poder por un año.
Precisión en la definición
Desde Argentina es lo mínimo que se puede hacer: desentrañar, esclarecer. El gobierno de Arce está desprestigiado y en una interna con Evo Morales que quiere regresar a presentarse a elecciones pero el presidente boliviano Arce tuvo el tino de impulsar el encarcelamiento del ex gobernador Camacho y la presidenta Jeanine Añez, la fuente del golpismo en Bolivia, descabezando al movimiento golpista. Dejándolo sin política ni liderazgos.
El motín
Por eso este motín nació fracasado, condenado por todo el mundo, incluso la misma derecha sudamericana. Cuando fue el golpe contra Evo todo el mundo fue muy cauto, más aún ese golpe tuvo apoyos como el de Macri y «fingieron demencia» otros. Cuando no hay cautela y se condena de inmediato significa que fracasó y que no tenía futuro. Si se ve que gana empiezan los apoyos y si se ve que pierde se condena para no quedar pegados, y si hay dudas se espera para decir algo.
Es otro fenómeno el que ocurre en Bolivia, pero no es un golpe, aunque sea grave el motín de ese grupo del ejército. Si no es caer en la de Milei que por una protesta contra su ajuste y algunas escaramuzas promovidas desde las fuerzas de seguridad salieron a denunciar de manera absurda Golpe de estado y terrorismo. Mientras, casi al mismo tiempo, el Ministro de Defensa Petri, enviaba bailarinas a cuarteles en Mendoza (su provincia) para que los militares festejaran el Día del Padre.
Al decir que la protesta contra la Ley Bases era un golpe que les queda para decir ahora con el motín de Bolivia? Quedaron atrapados en el ridículo y no vuelven de allí.