Abajo el Código represivo de Garro
Marcha contra el código fascista del intendente macrista. Va contra las libertades civiles y planea recortar el derecho a protestar y al trabajo de los sectores humildes. Represión a los cuestionamientos de sus negociados políticos y económicos. Las relaciones de Garro con acusados de espionaje ilegal de AFI y operaciones mediáticas
La movilización
Gran movilización contra el «Código de Convivencia» de Garro, ayer en La Plata. Desde Plaza Italia hasta las puertas del edificio municipal, los manifestantes denunciaron el código antidemocrático y represivo de Garro. Y mostraron la decisión de luchar contra su implementación. La alternativa quedó planteada: la mano dura de Garro vs libertades democráticas del Campo Popular.
Participaron entre otros: Organización en Marcha, PCR-JCR, MUP, Patria Grande, FULP, Peronismo Unido, Corriente Utopía, Colectivo Feminista Decidimos, Barrios de Pie, CGT, Corriente Papa Francisco, Agrupación Evita, APDH, Unidad Popular, Frente Carlos Cajade, CTA, MST, Colectivo Trans, CO Marcha Orgullo, Asociación de Lesbianas, Somo Plurinacional, RRTS (Reconocimiento del Trabajo Sexual), Trabajadores Muralistas, Colectivo contra el gatillo fácil, Teatro por la Identidad, Lista amarilla SUTEBA LP.
Feudo platense
En una estrategia que apoyaría hasta el rugbier nazi Pablo Matera, el intendente macrista Julio Garro, pretende recortar los derechos a las protestas y al trabajo de los sectores más humildes. A través de la reedición del código represivo que no pudo imponer en 2018. La trampa está en llamarlo «Código de Convivencia Ciudadana» e instaurarlo a la fuerza sin ninguna «convivencia». El macrismo, que administra municipios, tiene la estrategia de feudalizar esos distritos y aplastar los posibles desbordes de los excluídos y opositores. Cuando esos desbordes fueran por desmanejos de esos mismo intendentes. En cambio mirarían para otro lado o hasta alentarían desbordes, si se tratase de conflictos nacionales o provinciales.
La pandemia fue un ejemplo de esa feudalización. Los distritos macristas tiraban el sacrificio a los entes nacionales y provinciales. Mientras los intendentes promovían aperturas y fin de las restricciones sanitarias. Esta derecha con pie en algunos distritos «feudalizados» es la base para su intento de regreso. Apuestan al agotamiento de la sociedad cuando la sociedad ya se agotó con ellos.
Represión codificada contra la democracia
El Código sólo se trata de perseguir y eliminar actividades como el «Cartoneo», el Trabajo Sexual, Venta Ambulante y también las protestas sindicales o sociales en el espacio de la ciudad. Llega al extremo de armar causas penales y amenazar con cárcel a quiénes no pagaran esas multas contravencionales. Cuando hoy eliminar el trabajo, el rebusque de una persona, equivale a eliminar su vida misma. Aumentar el nivel represivo en una ciudad en general garantiza la reelección. Si el electorado acepta ataques fascistoides desde el municipio hacia los más humildes, ese electorado vuelve a votar a las administradores de ese municipio.
El problema no es el cartonero, sino el deficiente sistema de recolección municipal.
El problema no son las trabajadoras sexuales, sino el proxenetismo y los clientes.
Qué protege el código
El código represivo defiende los negociados de Garro con Elztain en el shopping de Gonnet y la reelección del macrismo en su sucesora Julieta Quintero Chasman. Por eso el intendente mintió con la elección democrática de los delegados. La democracia es un conflicto para el intendente. Gran problema habría tenido si en Gonnet hubiese ganado un delegado opositor, que representando la voluntad de los vecinos su opusiera al shopping, o en Abasto hubiese defendido los fondos para cloacas, que Garro desvió para el Paseo 51 que benefició a constructores macristas.
El problema no son los vendedores ambulantes, si no los hipermercados.
Garro, el código y el espionaje ilegal
El código represivo de Garro es hijo del espionaje ilegal macrista. Esos espías que han beneficiado al intendente con operaciones AFI-mediáticas, contra empresarios, así como contra el ex intendente Bruera y su familia , el ex juez Luis Arias y sus militantes, contra Victoria Tolosa Paz y Florencia Saintout. El espionaje y represión contra los senagaleses y mujeres vendedoras en las plazas y las figuras de la oposición política desembocan en el nuevo código represivo de Garro.
Debe haber la más amplia unidad para impedirlo.
No cometen delito los senegales o cartoneros, el delito es el espionaje ilegal.