Juntos no supera el 40 por ciento: proyecto inviable
El macrismo, la derecha, no crece más del 40 por ciento, el mismo porcentaje con que se fue en 2019 y al que en las PASO no llegó. No importan tanto los números, importa que con ese 40 el proyecto macrista es inviable. Imposible de aplicarse. Por eso el enojo de los medios hegemónicos, porque no corre el agua para su molino. Para el pueblo argentino lo fundamental es que el techo de la derecha quede ahí. No es lo fundamental que va a ganar Juntos, porque con ese 40 no se comen a nadie. Sin el 50 por ciento del electorado es inviable todo plan de gobernar la Argentina, el FdT y Juntos no lo alcanzan
Voto castigo incluye a Juntos
Lo dijimos «El techo de Juntos es el 40 por ciento», «El FdT perdió, Juntos no creció». A pesar del bombardeo ideológico de los medios del poder económico (Clarín, La Nación, Infobae, A24, Telefé, etc), no hubo paliza electoral de Juntos hacia el FdT. Sucedió algo muy distinto: cayo el frente oficialista. Ganó Juntos pero sin llegar al 40 por ciento de 2019.
Para explicarlo va el ejemplo siguiente: Hay 2 maratonistas, uno se llama Juntos y el otro FdT. Al finalizar la carrera, el corredor Juntos ha llegado a los 30 km, ganándole a FdT que alcanzó a 20. Juntos le ganó a FdT, corrió 10 km más. Pero no completó los 42 km de una maratón oficial, no ganó la carrera. Así que no es el campeón indiscutido. Ganó Juntos pero ninguno llegó a la meta de 42 km.
Eso preocupa y enoja al macrismo de Juntos. La derecha hace todo el «gasto» y esfuerzo, pegándole al gobierno las 24 hs y la «gente» vota en blanco, no concurre a votar, o vota a la izquierda. Por eso se enoja la derecha. Le pegan y ablandan al gobierno con cualquier cosa, hasta la opereta del plagiador Nik victimizándose, pero los votos se van para otro lado. No superando ese 40 por ciento. Eso ocurre porque el voto castigo de las elecciones de agosto incluyó al macrismo.
Efectivamente, la sociedad no es tonta ni giró a la derecha. Está muy cercano el recuerdo del desastroso gobierno de Macri. Los medios y periodistas de derecha tratan de ocultarlo pero la verdad es la verdad. Y por eso los techos electorales están bien claritos. Además la izquierda va a crecer, sacó casi el 6, falta poco para el 10. Si lo alcanza ahora para 2023 llega al 20 por ciento?
La clave
El enojo, la furia es porque no se llega al ansiado y necesario 50 por ciento o similar. Sin ese porcentaje no hay margen de poder político para imponer las políticas. Le pasó al gobierno, que dilapidó su capital electoral no por la pandemia, sino por «venir a cerrar la grieta» y cederle a una tras otra de las presiones y exigencias de la derecha y el macrismo. Lo cual se traduce en el 33 por ciento de votos actual. Si no obtienen 50 por ciento ahora, no lo obtienen en 2023. Y sin ese 50 por ciento su proyecto, su discurso y sus planes son inviables electoralmente. No sucedió lo que creyó la derecha «Ahora todo viene para nosotros».
Hubo en cambio fuga hacia otras opciones. Opciones más antisistema. votos blanco, no voto, voto izquierda. Milei incluso se benefició (sólo en CABA) con esa tendencia. Es Milei la estrategia del macrismo para contener y absorber ese voto por derecha. Pero no se puede con todo, gana con Milei y pierde por izquierda.
Quien quiera aplicar un ajuste salvaje o gradual, quien quiera aplicar un proyecto productivo, quien quiera la patria grande, quien quiera una revolución, necesita un 50 por ciento de apoyo como mínimo. Nadie llega y por eso son inviables de realizar todas las propuestas. Ya no importan más o menos bancas de uno u otro lado, porque los planes económicos no demostraron ser antagónicos con el margen de ganancias de los grandes empresarios y precios de alimentos y demás bienes y servicios. La situación es muy grave como para intentar el modo cosmético. Porque 4 años de un mal gobierno son 10 años de vida deficiente y dramática para los sectores populares.
A la derecha no se la frena oponiéndole bancas sino con política de enfrentamiento y movilización en la calle (lo principal) y después con diputados Teniendo mayoría de bancas el oficialismo fue tibio y le cedió a Larreta y los suyos en todo.
Los objetivos del Campo Popular son ahora, deben ser, bien defensivos: que nadie que no beneficie al pueblo llegue al 50 por ciento y comenzar a ganar las calles con la peleas salariales y contra despidos que hay y va a haber. Todo indica que se va cumpliendo y será así nomás, hasta que haya reflexiones, replanteos y reorganización.
Próxima entrega:
Corrupción: otra de Graciela Ocaña II