Ahora acusadores de Lucas Puig inician demanda por dinero

Se caen las caretas de la falsa acusación; la otra familia que acusa al profesor Lucas Puig acaba de mostrar la hilacha del móvil económico de su accionar. Usufructo económico a cómo dé lugar

Al final era por plata

Los medios voceros de la operación calumniosa de condena, El Día y 0221, publicaron la decisión. De este modo, queda expuesto el también objetivo económico de ambas familias acusadoras. Una exige más de 200 millones de reparación y la otra busca repararse en una fundación y ONG a la cual el estado deberá subsidiar y contará con aportes privados. La consigna es usufructuar con la tragedia del supuesto hecho sucedido.
Hay un objetivo político en las altas esferas, de los sectores católicos conservadores, en la causa Puig, que se combina con el objetivo económico de las familias implicadas en la falsa acusación. En las altas esferas hay intereses políticos religiosos. En la baja tropa está, sobretodo, el interés económico, un medio de vida. Todo el llanto, las poses, el acting del dolor fue principalmente por el vil metal.

Sumergidos en la mugre
Esta demanda deja ver la bajeza de los acusadores. Ya que por un objetivo económico sumergen a sus hijos en la más espesa mugre. Han tomado la decisión de atarlos de por vida a un hecho, aunque falso, terrible desde su óptica para obtener dinero. Porque ante un supuesto hecho de abuso, cualquier padre/madre sacaría a su hij@ de esa situación de tener que revivirla por siempre. Intentaría cambiarle la vida. Se llevaría a su hij@ lejos a otro lugar para comenzar de nuevo o viviendo en el mismo lugar se esforzarían dejar atrás el problema para superarlo.
Pero los acusadores hacen todo lo contrario y revuelven todo el tiempo la supuesta «pesadilla» para usufructuar económicamente, por eso la demanda. Para actuar así hay que ser bastante especial, para a partir de un supuesto hecho terrible estancar allí para siempre la cabeza y expectativa de la vida de sus hi@s.

[Crimen contra la salud mental
[Más criminal contra los propios hij@s es aún, si se trata de una falsa acusación por un hecho inexistente como en el caso de Lucas Puig. Por una década se les intervino la cabeza con algo falso que además tampoco recuerdan esos ni@s, hoy jóvenes. Tan profundo es el daño que un@ de l@s jovencit@s acusadores, se presenta en cuanta búsqueda laboral concurra como la víctima (utiliza otras palabras) de Lucas Puig.
[Se debe buscar la superación del trauma y no revolcarse en el mismo por un objetivo económico. De lo contrario es condenar a hij@ a un estigma y pesada carga de por vida.


[Dime qué proyectas y diré quién eres
[El proyecto de usufructuar un hecho terrible a costa de la salud mental de hijos habla de la calidad de ser humano. Y en esa bajeza canallesca la duda surge porque no fortalece la ética denunciante. El ansia de dinero lleva a imponerle a un hij@ semejante travesía?

Además el tejido de relaciones en el bando acusador no es limpio, El Día proyectó ligarse en amistad con fiscales y jueces. Más suciedad y la suciedad se acumula.

En efecto, la suciedad hace crecer el descrédito denunciante que se suma al hecho de abuso inexistente, al hecho imposible que ocurriese, a los testimonios de trabajadores docentes y no docentes por la inexistencia del hecho, a las pericias a favor de exculpar al profesor Lucas, y al apoyo hacia éste que crece día a día porque la verdad histórica se impone tarde o temprano. Lo que sucederá cuando la CIDH (Corte Interamericana de Derechos Humanos) reconozca la inocencia del docente.

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