Por qué lo mejor es aislarse contra el virus?
El presidente Alberto Fernández anuncio nuevo aislamiento por 15 días para evitar al virus y se enfureció la derecha. El mundo está en la 3ra guerra mundial, sin bombas ni tiros pero con armas químicas que disparan Covid, al que se esquiva aislándose. Como toda guerra mundial dura 4 o 5 años y hay: destrucción, falta de trabajo, hambre, ni hay fábricas ni obras de infraestructura. Como en toda guerra hay que evitar las muertes que se puedan y no regalar vidas. Como en toda guerra nadie va a un restaurante, ni al gimnasio, ni al teatro, ni a casamientos, ni cumpleaños, ni cursos de autoayuda. Y sobre todo los chicos no van a clases presenciales, porque hay padres que cuidan las vidas de sus hijos porque sienten que lo mas importante es la vida de sus hijos
El aislamiento
En esta guerra mundial todos los países se protegen con restricciones casi totales y casi permanentes. Las guerras mundiales duran 4 o 5 años y hasta que haya vacunas para toda la población mundial (dentro de 2 o 3 años) lo mejor es aislarse periódicamente. No hay otro modo de frenar olas y picos de contagios y muertes, tampoco de las nuevas impredecibles mutaciones del virus. Más aún cuando está surgiendo la «cepa argentina» y hasta la cepa «platense». El aperturismo es circulación y terreno fértil para la mutación biológica del virus como se está demostrando. Todos los problemas, carencias y padecimientos que tengamos y vayamos a tener son por un virus pandémico global como nunca antes en la historia de la humanidad. El sistema de salud colapsó por el aperturismo y no hay camas y personal de terapia intensiva que alcance. Y desde el inicio de clases la cantidad de contagios y muertes se duplicó, porque al contrario de lo que afirman las usinas del poder: las escuelas son foco de contagio aún con los mejores protocolos. La escuela y todo lo que implica trasporte público, espera, entrada y salida de alumnos, etc.
Salud o economía?
No hay equilibrio entre ambos. Mienten quienes digan que sí lo hay. La salud está por encima de la economía, porque la salud debe funcionar en su totalidad y la economía en lo esencial: alimentos y salud. Un oligopolio de la alimentación está por encima de un oligopolio textil como Adidas o automotriz como BMW, aún si los empleados de esas empresas se quedarán sin empleo. Porque son actividades superfluas. Eso sí, las empresas deben garantizar el pago normal de sueldos recortando sus ganancias (alguna vez deberían aportar). Y para quienes trabajan en negro subsidio, IFE, o similar por parte de los estados. En momentos de crisis es cuando hay que imponer condiciones al capital, cuándo si no? Es algo mínimo comparado con lo que deben. En las guerras se resiste con trabajo esencial, no con trabajo general, porque se deben administrar los recursos para salvaguardar vidas. Es inviable cualquier trabajo que no sea esencial. La caída del PBI, o la recaudación, o las demás variables son inevitables porque hay guerra y cuando hay guerra siempre caen y afectan las arcas del estado. Pero nunca es afectada la rentabilidad de las grandes empresas, es más la verdadera emisión monetaria no se destina a gasto social si no a gasto empresario: subsidios, préstamos, Leliqs, fuga de dólares, etc. De esa alta ganancia debe extraer el estado divisas para proteger a su pueblo, ej: impuesto a la riqueza.
Distinto son los casos de Pymes. Una cosa es una Pyme que produce alcohol, o artículos de limpieza, o alimentos o algo productivo. Estamos en la 3ra guerra mundial y no se puede pretender que el estado le pague las ganancias a locales gastronómicos o salones de fiestas o gimnasios Porque actividades superfluas o recreativas no son prioridad. Sí, los empleados y dueños deberían recibir un IFE para vivir cualquier y de vecino. Cuando en las buenas épocas ese sector se la llevaba con pala nadie cuestionó. Hoy, en pandemia, si quieren mantener margen de ganancia hay que cuestionarlos. De todos modos el gobierno apoyará con planes Repro el pago de salarios de esas empresas. Algo a lo que no muchos locales gastronómicos pueden acceder por estar en negro.
No es creíble rasgarse las vestiduras y llorar ante 15 o 20 días sin compra-venta de baratijas cuando se fueron de vacaciones en enero y Semana Santa. Y un laburante va a poder hacer una changa dependiendo de su cliente y si es al aire libre (nadie va a cortar eso).
Pero aún así los empresarios creen «Que mueran los que tengan que morir» que dijo Macri y por eso donde haya empresarios que pidan vuelta a la productividad habrá militantes de derecha pidiendo volver a la normalidad. Sólo eso es el fenómeno que ocurre en varios países.
Suspensión de clases presenciales
Los empresarios dicen que debe haber un equilibrio entre salud y economía. Falso, no lo hay, las vidas son más importantes. Lo dicen para habilitar la actividad económica de todo tipo como esencial y justificar sus millonarias ganancias. Por eso están en contra del aislamiento que protege vidas y en contra de la educación virtual. Porque impide la presencialidad de los padres en sus trabajos. No defienden ningún derecho a la educación, defienden el derecho a depositar a los niños en una escuela para una completa explotación laboral. La educación es un derecho no un servicio esencial como la salud. Y como derecho universal muy importante, como el de derecho al trabajo, a votar, a circular, está sujeto a un contexto determinado; es decir el estado debe garantizarlo pero hay situaciones en las que se morigera o exceptúa esa obligación: conmoción interna, desastre ambiental, guerra. La salud es un derecho y un servicio esencial y el estado siempre está obligado a garantizarla. Se puede no hacer uso del derecho a la educación (por eso algunos globertos dicen que la presencialidad sea opcional) pero nunca se puede no hacer uso del derecho a la salud (la protección de la vida o la salud no es opcional sino obligatorio: obligación de vacunarse, de usar barbijo, etc).
Si con la acertada decisión del presidente Alberto Fernández, los medios de derecha que expresan a los empresarios se enojan, significa que el camino elegido es el correcto.
La mejor educación para los hijos es enseñarles a cuidarse y cuidar a sus compatriotas, a quererse y querer a sus pares. A que la vida debe protegerse por sobre lo demás.
Lo peor es enseñarles a descartar vidas, a aplastar vidas ajenas para aventajar la propia. A lanzar vidas a la ruleta rusa del virus.
La «urgencia educativa» de los mediocres macristas, cubre el interés empresario de usar las escuelas como depósito de hijos. Su fracaso en esta discusión no lo salvan ni con la barbaridad de exponer el llanto de sus propios hijos en las redes. Usar así a sus propios niños muestra de que son capaces con los demás.
Aislarse hasta que haya vacunas
No se puede convivir con el virus. Por eso el mundo está en cuarentena casi permanente. Va y viene con la escolaridad presencialidad. La campaña de los medios de derecha argentinos oculta está verdad. No se puede vivir normalmente, con un trabajo normal, un sueldo normal, paseos normales, escolaridad normal porque en una guerra eso no se puede. Hasta esa derecha que condena el aislamiento, tenía una vida normal en la guerra de Malvinas (tenía vida normal en dictadura) porque estaba lejos pero hoy es distinto porque es una guerra distinta en la que pelean todos los argentinos y donde toda la vida y la salud son afectadas. En una guerra como las anteriores se puede ceder territorio, mercados, para terminar. Acá no se puede ceder nada porque se trata de vidas. No se puede mirar para otro lado y hacer que esta 3ra guerra mundial de coronavirus no existe. Está y hace cada vez más daño. Como en toda guerra hay que evitar lo más posible las muertes, esquivar el virus equivale a esquivar balas y bombardeos. Ya pasará y se volverá a la normalidad deseada.
Las restricciones cuentan con el apoyo de la amplia mayoría de la sociedad. Los medios y redes de la derecha política mienten y queda demostrado como operan para los intereses empresarios.
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